domingo, 29 de marzo de 2009

El paisaje en los Siglos XIX y XX

En el siglo XIX se produce un importante desarrollo del paisaje como tema pictórico debido al aumento de su demanda por parte del nuevo poder económico, político y social: la burguesía. Los burgueses desean decorar sus casas con escenas placenteras y buscan en el paisaje la temática más indicada para adornar sus salones. A esto debemos añadir la admiración por la naturaleza que se manifiesta en el Romanticismo y que se continuará en las décadas siguientes, lo que conduce a los pintores a tratar el paisaje como una de sus temáticas favoritas.
Friedrich destaca por el tratamiento simbólico que realiza del paisaje. Renovó este género a partir de la ruptura de las convenciones cromáticas y de perspectiva, por lo que su influencia se extiende a movimientos posteriores.
En Inglaterra la pintura de paisaje tendrá un amplio desarrollo. Sus dos piezas clave serán Constable y Turner. Constable es el máximo exponente del naturalismo en el paisaje, interesado por las luces y las atmósferas y uno de los precursores del impresionismo. Turner estará especialmente interesado en los juegos de luz y las atmósferas, llegando a decir algún crítico de él que "Hay un pintor que tiene la manía de pintar atmósferas".
Fue Camille Corot quien se manifestó como el más preclaro representante de este tránsito que va del paisaje clásico al paisaje realista, manteniéndose al margen de todas las escuelas. La gran novedad que aportaron los pintores de la generación realista fue revelar la riqueza del paisaje francés. Quienes llevaron a cabo las principales innovaciones fueron los pintores de la llamada Escuela de Barbizon o de Fontainebleau, una escuela que, desde un punto de vista histórico, está considerada como el fundamento de la representación realista del paisaje y como la precursora del Impresionismo.
Pero será el impresionismo quien aporte la principal novedad respecto al paisaje, ya que este movimiento tiene como objetivo la búsqueda de la luz y el color directamente del natural, a "plein-air" por lo que las pinceladas se hacen rápidas y empastadas, buscando captar la impresión de cada momento.
El interés manifestado por los impresionistas por la luz y el color motivará paralelamente la pérdida de la forma y el volumen. La reacción inmediata viene de la mano de los propios impresionistas, especialmente Cèzanne, quien pretende "hacer del Impresionismo un arte sólido y duradero, como el que se conserva en los museos", considerando que "la forma alcanza sólo su plenitud cuando el color posee mayor riqueza".
Las vanguardias del siglo XX no dejan de lado el paisaje, especialmente los cubistas que buscan en Cèzanne una de sus fuentes de inspiración Apollinaire considera que el cubismo es una pintura productiva: "Lo que diferencia al cubismo de la pintura antigua es que no se trata ya de un arte de imitación, sino de un arte de concepción, que tiende a elevarse hasta la creación". Al tratarse de un arte conceptual el que se realiza a lo largo del siglo XX, la naturaleza dejará paulatinamente de ser fuente de inspiración, aunque encontramos interesantes ejemplos como algunos trabajos de Robert Delaunay, Piet Mondrian, Schmidt-Rottluff o el propio Salvador Dalí, en los que el paisaje ocupa un papel determinante.

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El Paisaje Holandés

La pintura de paisaje alcanzó un desarrollo inusitado en Holanda durante el siglo XVII.
Entre los primeros paisajistas se destaca la vena incisiva y delicadamente arcaizante de Hendrick Avercamp, que pintó con precisión pequeños paisajes invernales por los que pululan multitudes de graciosos personajillos.
Durante las primeras décadas del siglo, Salomon van Ruysdael creará un tipo de pintura que se destacará por la sencillez de la composición, la vastedad de los planos y la ligereza de las brumas, la luz plateada y los colores sobrios y suaves. Los ríos y el mar jugarán un papel primordial en este arte de tintas terrosas y tostadas. Superior a todos los paisajistas de la primera mitad, Jan van Goyen pintará sus vistas marinas volátiles, vaporosas y algodonosas, y sus paisajes de cielos inmensos y horizontes bajos y lejanos, plenos de intensa poesía.
Pero, entre todos los paisajistas de esta época, la gran figura fue Jacob van Ruysdael, discípulo de su tío Salomon, encontró en la naturaleza, especialmente en las vistas boscosas y en las caídas de agua, el eco de sus más íntimos sentimientos, que lo hacen aparecer como un prerromántico. Y, sin embargo, sus obras provocan tal consideración gracias a la alta perfección alcanzada en el dominio de las muchas posibilidades que le ofrecía la ciencia de la composición clásica y en su comunión anímica pura con la naturaleza, que le hicieron superar la nota ilustrativa en favor de la concepción sentimental.
Su amigo Meindert Hobbema, que trabajó con él en Haarlem, pronto se contentó con imitarle, aplicando algunas fórmulas estereotipadas.
El arte de esta época, redescubridor del color y la luz del sol, debe mucho a los llamados italianizantes. Sus pequeños paisajes ideales, con campesinos y pastores, que presentan una mezcla entre la campiña romana y la poética tierra de la Arcadia, causaron gran impresión desde que, en 1641, regresó de Italia Jan Both. Aelbert Cuyp, que no fue a Italia, destacó como creador de un subgénero que combinaba los elementos del paisaje nacional (tomados a través de Van Goyen) con los de la corriente italianizante.
Los paisajes de Cuyp se distinguen por estar animados por figuras de pastores y de caballeros rodeados de animales o por sólo animales. Y es que, tan neerlandés como el paisaje puro o la marina, fue el paisaje con animales, en particular de granja, que dio lugar al nacimiento de los pintores animalistas, en general más preocupados por la observación y la figuración naturalista del animal que por su posible carga poética, entre los que descolló Paul Potter.

Fuente:
http://www.artehistoria.com

Evolucion del paisaje renacentista y barroco

Uno de los objetivos de la pintura del Renacimiento es crear efectos de perspectiva. Para ello se situarán los personajes en un entorno arquitectónico o paisajístico, dotando a la composición de un efecto espacial. En un primer momento, los paisajes serán meros telones de fondo, pareciendo totalmente ficticios. Pero a medida que pasa el tiempo, las figuras se van integrando de manera más acertada en el paisaje y éste va adquiriendo más importancia en la composición, llegando un momento en que el paisaje se convertirá en un asunto autónomo, como podemos observar en esta Vista de Toledo que pintó El Greco.
En época barroca el paisaje se convertirá en una temática independiente. Uno de los primeros pasos en esta dirección lo dará Annibale Carracci con su Huída a Egipto, donde las figuras se ven desbordadas por un bucólico paisaje de corte clásico. Pero el gran maestro del clasicismo en el paisaje será el francés Claudio de Lorena; sus obras consiguen unos maravillosos efectos poéticos gracias a la atmósfera con dorada niebla producida por la luz solar. Normalmente, son muy similares, siguiendo una composición predispuesta, muy idealizada. Sus composiciones resultan sumamente equilibradas, y sientan el modelo que se tomará durante todo el paisajismo posterior. Poussin será uno de sus principales seguidores y sus pinturas están en esta línea clasicista inaugurada por Carracci, mostrando sus paisajes bajo la excusa de tratar temas religiosos o mitológicos, en un momento en que el género paisajístico comienza a alcanzar su autonomía.
En los Países Bajos este género alcanzará una importante difusión. La razón debemos buscarla en el aumento de la demanda de este tipo de cuadros por parte de la burguesía, verdadero motor de la economía holandesa de la época. Los paisajistas holandeses nos ofrecen una visión más naturalista de su entorno, abandonando el clasicismo italiano.
En España el género paisajístico apenas tiene importancia frente a la pintura religiosa, aunque encontramos algunos ejemplos siguiendo la línea clasicista. Velázquez y sus vistas de la villa Medicis son un caso aparte, ya que gracias a su interés por la luz se consideran como un paso hacia el impresionismo.



Fuente:
http://www.artehistoria.jcyl.es/obrmaestras/videos/904.htm

sábado, 28 de marzo de 2009

Doctor Atl

Jose Maria Velasco: Paisajista Mexicano

Jose Maria Velasco
Nació en Tematzcalcingo, Estado de México. En 1868 ingresó a la Academia de San Carlos, donde fue discípulo de Eugenio Landesio, mostrando grandes cualidades desde un principio.
Paisajista por excelencia, comenzó con un estilo realista pero sus conocimientos científicos fueron instrumentándose en el análisis de la naturaleza. Su visión del paisaje es amplia y atmosférica, en proyección personalísimas, que hacen a sus obras inconfundibles.
Pintó el Valle de México en múltiples ocasiones, con la atmósfera transparente que le era peculiar y su dimensión gigantezca. Pintor del espacio cósmico como Atl, dejó también paisajes de ruinas, sitios atractivos y románticos, descubriendo las características del ámbito geográfico nacional para la pintura.

Jackson Pollock & Mark Rothko: Iconos del Expressionismo Abstracto

Jackson Pollock Abstracto Expresionista Lírico

domingo, 8 de marzo de 2009

Artes Visuales 1 "Encuadres y Formatos"

Proyectos creativos de los alumnos de primer grado sobre el bloque 3 de
Artes Visuales 1.

"Un Proyecto Por La Calidad, La Innovación, La Educación"

Programa Especial de Televisión Educativa Sobre la Escuela Secundaria Estatal No. 31 "Profr Miguel Angel Loya Martínez" de Hermosillo, Sonora, México, titulado "Un Proyecto Por La Calidad, La Innovación, La Educación". En este programa se presenta el trabajo por proyectos de acuerdo a los nuevos enfoques, planes y programas de estudio en la Reforma De Educación Secundaria.

Primera Parte:



Segunda Parte.



Tercera Parte: